La Hermandad

Nuestras sedes canónicas

Parroquia de El Salvador y Parroquia de Santa Ana

Parroquia de El SalvadorParroquia de El Salvador

Desconocemos el momento de creación de la parroquia de El Salvador y de la construcción de su Iglesia que, indudablemente, se remonta a la baja Edad Media.

Conocemos de su existencia en el siglo XVI cuando en 1534 se instala una fuente en la puerta de la Iglesia dada la importancia que adquiere el barrio en que se encuentra construida y que compone su radio de acción.

Su demarcación es marcada por su Santidad Paulo III en bula del 26 de mayo de 1536 en la que establece los límites de cada una de las catorce parroquias de Cuenca entre ellas la de El Salvador cuyo radio de influencia se extiende más allá de las murallas de la ciudad.

En su interior se encuentra la capilla del Cabildo de la Virgen de la Soledad que ya durante el siglo XVI organiza el desfile del Santo Entierro en la noche del Viernes Santo, lo que representa su primera relación con hermandades de nuestra Semana Santa. La vinculación entre parroquia y desfiles procesionales se irá incrementado con el paso del tiempo.

Son numerosas las ampliaciones que se realizan en el cuerpo de la Iglesia  a lo largo del siglo XVI que se ve incrementado con la construcción de altares y capillas, siendo un siglo después cuando se cierra la bóveda diseñada por Juan del Pontón.

El siglo XIX, tan aciago para iglesias, ermitas y cofradías, significará por lo contrario que la parroquia de El Salvador adquiera una mayor relevancia. Por decisiones eclesiásticas y políticas desaparecen las parroquias de San Gil, San Juan Bautista, San Andrés, San Vicente y Santo Domingo todas ellas colindantes con la de El Salvador que no solo se mantiene sino que, al acoger la feligresía de las mencionadas, se convierte en una de las principales parroquias de la ciudad.

Este incremento favorecerá las modificaciones realizadas en su iglesia y así, bajo la dirección de Rogelio Ayllón, se inicia en 1894 la construcción del retablo mayor según proyecto de Rafael Alfaro, siendo su tallista Sebastián Suares y el encargado de su dorado Antonio Sedano. Se terminará en 1900 elevándose su coste a más de ochenta y dos mil pesetas.

También se interviene en el coro y se construye la torre actual en el año 1903 con proyecto de Luis López de Arce.

Fruto de esta concentración la parroquia de El Salvador inicia el siglo XX siendo la responsable de la organización de la totalidad de los desfiles procesionales de la época (Paz y Caridad, Camino del Calvario, En el Calvario y Santo Entierro) pues la ermita de San Antón es una de las dependencias de la parroquia hasta ser elevada al rango de parroquia avanzado el pasado siglo.

De las mencionadas recibían culto en la iglesia parroquial las hermandades destinadas al culto de Jesús Nazareno (de El Salvador), San Juan Evangelista, Ntra. Sra. de la Soledad de San Agustín, Cristo de la Luz, Cristo de la Agonía, Cabildo de Caballeros y Congregación de Ntra. Sra. de la Soledad y de la Cruz. Todas ellas tienen su sede y capilla todavía en la actualidad en la iglesia parroquial de El Salvador.

Los movimientos nazarenos del siglo XX harán que se incremente el número de Hermandades que reciben culto en la iglesia incorporándose a las ya existentes las Hermandades de San Juan Bautista, Virgen de la Amargura con San Juan, Virgen de la Esperanza (en la actualidad en la iglesia del Convento de las Madres Justinianas), Jesús entrando en Jerusalén y María Santísima de la Esperanza y Nuestro Señor Jesucristo Resucitado y María Santísima del Amparo (estas dos últimas, tras unos años recibiendo culto en la iglesia de Santa Ana, se reincorporan a la de El Salvador en el siglo XXI).

En el año 2000 se incorpora un nuevo portón, obra en bronce del pintor Miguel Zapata que alerta al viajero de la riqueza escultórica que albergan aquellos muros completando la más importante muestra del sentir nazareno conquense, pues la presencia de las hermandades enriquece el conjunto de la iglesia con la exposición al culto en ella de los siguientes pasos procesionales: Jesús entrando en Jerusalén, María Santísima de la Esperanza, San Juan Bautista, Virgen de la Amargura con San Juan, Jesús Nazareno de El Salvador, La Caída, San Juan Evangelista, Nuestra Señora de la Soledad, El Encuentro de Jesús y María, Cristo de los Espejos, La Lanzada, María Magdalena, Cristo de la Agonía, Cristo Yacente, Ntra. Sra. de la Soledad y de la Cruz, Resucitado y Virgen del Amparo, conformando así el más amplio recorrido por la Semana Santa conquense.

Antonio Pérez Valero

Parroquia de Santa AnaParroquia de Santa Ana

La primera gran expansión en Cuenca se lleva a cabo en los años sesenta con la construcción del poblado Obispo Laplana “Las Quinientas”, equipado entre otros servicios con una iglesia dedicada a San José Obrero.

El primer párroco fue D. Domingo Muelas, que pronto se dio cuenta que esta parroquia era insuficiente para dar servicio religioso a esta barriada y a la futura construcción cercana de las setecientas viviendas.

Con el beneplácito del prelado D. Inocencio Rodríguez, el párroco D. Domingo se pone en marcha para conseguir que el ayuntamiento, regido por el alcalde D. Teodomiro García, ceda un local anexo al parque de bomberos en la calle Avenida Reyes Católicos para convertirlo en capilla. Era el año 1975.

Debido al gran crecimiento de este barrio y a su demanda, el 26 de julio de 1980 se procede por el entonces obispo, D. José Guerra Campos, a la colocación de la primera piedra de la que sería cuatro años más tarde, el 23 de junio de 1984, la parroquia de Santa Ana consagrada por el mismo obispo.
El primer párroco de la nueva iglesia fue D. Ricardo García Fernández, siendo D. Antonio Carbajo coadjutor. La iglesia se construyó en su mayoría con la aportación económica de los fieles parroquianos.

Todos los años, el día 26 de julio, festividad de Santa Ana se celebra junto con los actos de la parroquia el voto a la Santa en la Iglesia Catedral Basílica, junto al retablo que se salvó de la antigua capilla en la guerra de Secesión y que está dedicado a la misma.

La iglesia de Santa Ana fue diseñada por el arquitecto D. Pablo Cerezo. Es un edificio de estilo moderno de líneas rectas construido en ladrillo caravista tanto en exterior como en interior. Al pasar, existía un gran muro de hormigón que fue retirado años después. La nave central es totalmente diáfana sin ninguna capilla. A ambos lados, dos amplios pasillos nos llevan a la parte central con tres filas de bancos. En su perímetro un gran muro de hormigón suspendido y apoyado en pilares de este mismo material. El presbiterio ocupa todo el frontal de la nave y allí están las partes más importantes: el Altar, Sagrario, Ambón y la pila Bautismal. En la parte izquierda se encuentra la sacristía por la que los sacerdotes acceden a la Capilla que fue creada hace pocos años, aunque la entrada de los fieles está en la parte trasera de la iglesia.

Los salones parroquiales están divididos por mamparas y en el piso superior un gran salón diáfano para grandes celebraciones. Al lado izquierdo de la entrada principal, se encuentran las dos viviendas sacerdotales que terminan con el campanario y una gran cruz de hierro sobresaliendo del mismo.
Desde el año 1985, las imágenes de los Domingos de Ramos y Resurrección ocupaban ambos lados del altar, hasta este año 2019 que han sido trasladadas a la Parroquia del Salvador para evitar los problemas que han surgido estos últimos años con la iglesia de San Andrés.

Alfredo López Pérez.

 

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